martes, abril 04, 2006

Te lo dije "...Ni a navajeros de taberna llegan. Como sea. Voten por Humala nomás."

Pedro Salinas
patentedecorso@terra.com.pe

Te lo dije Cada columna que me publica LA PRIMERA sobre Humala atosiga mi computadora con correos bravucones de sus huele guisos. Veo que lo mismo le pasa a Andrés Bedoya en Correo, y lo mismo le ocurre a mi vecino de página, Iván García, los días miércoles que escribe.

Lo mismo, recuerdo, sucedía en los tiempos de Fujimori y Montesinos. Igualito. Con la diferencia que, con las bridas del poder en las manos, además de los insultos, a uno le cerraban espacios radiales y le cancelaban programas de televisión.

Un tal Félix F., de los que exhibe el encefalograma humálico sin rubor, me guapea y me reta a que reproduzca sus mandobles y su mala baba. “Haber si lo publica mañana mismo lo que le escribo”, me suelta, y me cuenta de paso que todos los que hacían cola en Essalud con él, fueron invitados por el mismo Félix a leer mi artículo, y, de pronto, al grito de guerra:

“¡Salinas, derechista de mierda!”, me pifiaron en plena calle. Vaya. Y yo, apacible como un yogui, entendí entonces por qué se me pusieron rojas las orejas esa mañana.

Otro, escondido detrás de unas siglas ininteligibles que antecedían la arroba y al yahoo, como si me adivinara las rayas de las manos, me augura con el aplomo que da el anonimato: juicios o prisión efectiva o deportación o fusilamiento o embargos a diestra y siniestra o apanado masivo en el Campo de Marte o muerte por accidente. O algo así.

Miguelón, de la misma collera que el anterior, y de los que confirman que la estupidez y la intolerancia van de la mano, me llama “mendigo mental”, “bastardo”, “hijo de perra”, y otras variantes. Al punto que me pregunté si Miguelón no era un seudónimo de Daniel Abugattas.

Aunque el más conmovedor fue el de Joe Bill Mamani, quien además de pensar que Camus es un jabón y creer que las corbatas de Isaac Humala son inmejorables, me advierte que los humalistas están “más unidos que nunca, y apoyarán a Humala por más herrores (sic) que cometa”. ¿No es tierno?

Y no les cuento de Rubén Maccanosequé, que escribe paparuladas como un subnormal y se computa un intelectual, porque se me acabó el espacio. En fin. Son los resentidos, acomplejados e infames de siempre, adoradores del linchamiento, cuya mayor aspiración es aparecer con un martillo en los periódicos.

A quienes, que quede claro, no culpo por sublimar sus frustraciones y hacerme leer sus neuras. Eso sí. Sigan enviándome sus correos, elocuentes espejos de sus almas. Por favor. Son mis favoritos. Aunque, es verdad, cada vez que los leo quiero más a Loki, mi perro.  

Pobres. Ni a navajeros de taberna llegan. Como sea. Voten por Humala nomás. Pero después no me envíen correos preñados de lágrimas, como si acabasen de haber leído Mi planta de naranja lima. Porque yo seguiré aquí, al pie del cañón, paseando a mi aire, para escribir les: Te lo dije.